Hace más de 80 años, en 1935, sucedió algo que cambió la historia de América Latina.
Crear un producto y lanzarlo al mercado era una verdadera hazaña cuando se vivía una época durante la cual, en El Salvador apenas se tenía una idea de los procesos industriales y casi todos los medicamentos eran importantes o de fabricación manual. Realmente fue grandiosa la idea del doctor Antonio Calderón Morán, que en 1935 con la ayuda de su esposa, se le ocurrió satisfacer la necesidad de un producto que aliviara la tos. El aplicó sus conocimientos académicos al servicio de la comunidad y en forma sencilla, pero muy profesional, puso a la disposición, de los salvadoreños un jarabe para combatir ese mal tan común y generalizado del sistema respiratorio que es sumamente molesto. Para crearlo se basó en uno de los secretos de las prácticas autóctonas de nuestros antepasados. Utilizando al principio la manteca de zorrillo y más adelante sus equivalentes, logró hacer un medicamento tan efectivo que se ha ido propagando en el continente ante la comprobación de sus resultados. Este producto es el Jarabe Zorritone.
El Zorritone, que también contiene bálsamo, se ha vuelto un producto familiar que se ha dado a conocer de generación en generación y es verdaderamente eficaz. El mejor reconocimiento que se le puede dar al Doctor Antonio Calderón Morán y a doña Graciela de Calderón Morán por su importante aporte a la farmacología, es la aceptación incondicional de este producto que, para beneficio de los sectores más humildes de nuestra comunidad, se puede encontrar hasta en la más pequeña farmacia de cualquier población de Centroamérica. No se exageraría al afirmar que durante 60 años, Zorritone ha llevado alivio a más de 40 millones de latinoamericanos.
Entrevista con el Dr. Mario Ancalmo. Hijo del Doctor Antonio Calderón Morán.
¿Como nace la idea de Zorritone?
Fue el Dr. Antonio Calderón Morán y su esposa Doña Graciela de Calderón Morán quienes establecieron la Farmacia Alemana en la Calle Rubén Darío y la 11a Avenida Sur de San Salvador en 1933. Él escribió su tesis sobre formulaciones de recetas y comprobó el uso extendido de la manteca de zorrillo, un animal silvestre típico de esta región, para curar afecciones bronquiales. Así se crea la fórmula basada en esta grasa y de su creatividad le agrega bálsamo y gomenol.
¿Qué respaldo científico tenía la fórmula?
Para estar seguro de que había encontrado la fórmula confiable, el Dr. Calderón Morán, haciendo un viaje dificultoso y muy sacrificado en barco, llevó muestras de la manteca de zorrillo a Hamburgo, Alemania para realizar análisis químicos de esa grasa y determinar su efectividad contra procesos bronquiales, especialmente asmáticos. Allá fue todo positivo y se comprobó científicamente las bondades del producto.
¿Cómo pudo comercializarse el producto?
Desde sus años universitarios, el Dr. Calderón Morán comentaba con sus compañeros que le atraía la farmacia industrial, a la cual pensaba dedicarse profesionalmente, pero ya siendo doctor estaba muy lejos de imaginar hasta dónde iba a proyectarse su idea con este medicamento. Comenzó a registrar la marca y legalizó su invento para proceder a su comercialización.
Sucedió que un salvadoreño compró el primer frasco de jarabe Zorritone y se alivió de la tos…
Zorritone, extracto de una bendición.
Sembrado en lo profundo del valle de San Julián, un tranquilo pueblo en el departamento de Sonsonate, se encuentra siempre dispuesto a proporcionar su savia. El árbol de Bálsamo, puede llegar a medir entre 20 y 30 metros de altura, se cultiva, solo en nuestro país, desde tiempos muy remotos. Las propiedades curativas del Bálsamo son ampliamente conocidas. Se dice que en tiempos de la colonia, los españoles lo transportaban hacia Europa vía Perú, ya que los piratas deseaban conocer el lugar donde se plantaba; por esa razón se habla del Bálsamo del Perú. Eran los años 30, cuando el Dr. Antonio Calderon Morán, fundador de Laboratorios Ancalmo, buscaba afanosamente un remedio eficaz contra las afecciones respiratorias. La base de su experimento lo constituía, precisamente, este milagroso árbol.
¿Cómo nace el nombre de Zorritone?
En 1937 y luego de muchos experimentos, el Dr. Calderón Morán descubre que la grasa de zorrillo es rica en A y D. En adelante, todo el trabajo consistió en la mezcla de los ingredientes que producirían Zorritone, cuyo prestigio ha trascendido nuestras fronteras. En la actualidad las principales vitaminas de Zorritone se obtienen sin recurrir al complicado proceso que utilizó el Dr. Calderón Morán. El Gomenol y el de Mentol se importan de Europa.
Otras propiedades curativas del Bálsamo.
Entre sus principales propiedades se encuentra su amplio poder expectorante, es antiséptico y modificador de las secresiones bronquiales, lo que lo convierte en un efectivo coadyuvante en el tratamiento de diversas afecciones de las vías respiratorias superiores. Además, el Bálsamo se emplea como antiséptico y cicatrizante en heridas, úlceras y diversas enfermedades de la piel.
Zorritone es un producto 100% salvadoreño y gracias a sus propiedades se ha ganado el cariño de todos los que lo han probado.